En los últimos 30 años, España ha ido experimentando cambios en relación con el conocimiento del espectro autista. Estos cambios han supuesto mejoras en la calidad de los modelos de servicios de apoyo a personas y también en los sistemas de planificación, desarrollo y evaluación de los procesos de intervención.

La Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006) ha servido de impulso fundamental para el cambio en los modelos de intervención y apoyo a las personas.

La aparición del modelo de calidad de vida (Schalock y Verdugo, 2003, 2007) ha servido de eje de programas, orientándolos a resultados personales, y sigue impulsando la puesta en marcha de estrategias de intervención desde una perspectiva holística y ética que sitúa a la persona (independientemente de sus necesidades de apoyo) en el centro de los procesos de planificación.

Enfoques como la planificación centrada en la persona (PCP) son clave a la hora de llevar a la práctica estrategias y recursos basados en los principios fundamentales del modelo de calidad de vida:

  • Presencia y participación de la persona en las decisiones sobre su vida.
  • Visión centrada en las capacidades, preferencias, deseos y expectativas.
  • Creación de redes sociales de apoyo.
  • Implicación de la familia y agentes sociales en los procesos de planificación.
  • Evaluación realizada en términos de ‘impacto en calidad de vida’ individual.
  • Fortalecimiento de las relaciones interpersonales.
  • Focalización en la comunidad, inclusión y la ciudadanía de pleno derecho.
  • Ejercicio de los derechos individuales como base fundamental para la planificación.
  • Desarrollo de habilidades de autonomía personal y competencias sociales.

En consecuencia, la intervención centrada en la persona va más allá de una intervención o planificación, implica un compromiso ético y el conocimiento de principios asociados a la calidad de vida, con el objetivo de poner en marcha proyectos personales de futuro, asegurando la presencia, la participación y la contribución de la persona con autismo, o persona autista, y de las personas que la conocen bien, mejorando su autonomía personal y facilitando al máximo la autodeterminación y la inclusión social.